miércoles, 20 de enero de 2021

0.8. LA DECORACIÓN DE INTERIORES EN EL SIGLO XIX (I): HISTORICISMOS. EL ESTILO BIEDERMEIER. LA APORTACIÓN DE THONET

             
           Fonthill Abbey: interior neogótico inglés del siglo XIX que perteneció al escritor y coleccionista de arte William Beckford.


1.INTRODUCCIÓN AL SIGLO XIX

Con el siglo XIX nos situamos de pleno en la época contemporánea, época devoradora de novedades y de grandes transformaciones sociales, económicas, políticas…



La burguesía o clases medias se van reafirmando como la clase rectora del siglo XIX (protagonizan varias revoluciones), mientras toman gran auge los movimientos obreros, surgiendo una nueva clase social: el proletariado. Es también el tiempo de los nacionalismos, tanto en su vertiente unificadora (Alemania e Italia) como independentista (Grecia).
En el siglo XIX se producen grandes adelantos técnicos y científicos: avances en la astronomía, química, medicina (vacunas…); surgen inventos como el teléfono, el telégrafo y la lámpara eléctrica, produciéndose progresos espectaculares en las comunicaciones. Además del ferrocarril, se construyen los grandes transatlánticos de vapor, y ya a inicios del siglo XX aparecen los primeros automóviles.
En el siglo XIX se desarrolla la Revolución Industrial en Europa. Había surgido ya en Inglaterra en el siglo XVIII. Las consecuencias del desarrollo industrial fueron profundas en la sociedad, la economía, el arte. Las ciudades se industrializan, aumentando rápidamente el número de sus habitantes.
Por último, y muy en relación con la industrialización, los países europeos inician una frenética lucha por el control de los territorios y recursos de otros continentes: es el periodo de formación de los grandes imperios coloniales (Inglaterra, Francia, etc.)
En el terreno del arte y la cultura el siglo XIX es extraordinariamente rico con el surgimiento de diversos movimientos artísticos como el Romanticismo, el Realismo, el Impresionismo, el Postimpresionismo y toda una serie de eclecticismos, revivals e historicismos (neogótico, neobarroco y un largo etcétera).

2. LA DECORACIÓN DE INTERIORES HISTORICISTA Y ECLÉCTICA. EL NEOGÓTICO

En la Decoración de Interiores del siglo XIX se suceden diversos estilos según los países (como el estilo Imperio, Luis Felipe o Segundo Imperio en Francia), los estilos Regency, victoriano y Arts & Crafts en Gran Bretaña; en los países centroeuropeos el estilo Biedermeier, en España estilo isabelino (por la reina Isabel II) etc. pero en todos los países fue una nota dominante: la pasión por los eclecticismos e historicismos.
Fruto de la ruptura del paradigma clásico, en el siglo XIX la recuperación de los estilos del pasado, que ya se había ido manifestando con fuerza a lo largo del siglo XVIII, adquiere una intensidad y una difusión tal que se convierte por sí misma en un estilo. se produjo una vuelta -un revival- a los estilos del pasado: gótico, renacimiento, barroco, etrusco, griego, egipcio, Luis XV, Luis XVI, etc. Por lo tanto tendríamos que hacer referencia a estilos neogóticos, neobarrocos, neomudéjar, etc. De ahí que hablemos de eclecticismos e historicismos porque no hay un único estilo sino que abundan las mezclas de muchos de ellos. Es común a toda la cultura europea y en opinión del historiador Mario Praz era sintomático de la falta de un auténtico estilo.
Muchas veces tanto los modelos como los motivos decorativos son literalmente copiados de los modelos precedentes. Pero las líneas se hacen más pesadas, la decoración está sobrecargada y las proporciones son menos elegantes. También son muy relevantes las influencias orientales (japonesas, chinas…) y moriscas presentes en el mobiliario o en la decoración de interiores.
Este auge del historicismo tiene mucho que ver con el surgimiento del Romanticismo, movimiento cultural que propugna el subjetivismo exacerbado, la hipervaloración del yo y los sentimientos, la reivindicación de las culturas nacionales y de la Edad Media.
Uno de los mejores ejemplos de la arquitectura historicista y ecléctica del siglo XIX es el Pabellón real de Brighton (Gb), 1815. Realizado por el arquitecto John Nash para el rey Jorge IV, está situado cerca de la playa y se concibió como un espacio de ocio, impregnado de elementos chinos, islámicos e hindúes… En la cocina se introduce el uso del hierro con columnas que simulan palmeras y otros elementos vegetales. No es casual que este edificio se construya en un momento en el que Gran Bretaña está extendiendo su dominio en la India y otras áreas de Asia, formando un gran imperio colonial.




En el siglo XIX la etapa que despierta mayor interés es la Edad Media, que por primera vez es valorada como algo más que un oscuro paréntesis entre Roma y el brillante Renacimiento. Las construcciones góticas son restauradas, estudiadas e imitadas en toda Europa. Esta vuelta al gótico, que es denominada el “neogótico”, tiene distinta importancia y significado en cada país. En Inglaterra, el neogótico era considerado como el estilo auténticamente religioso, impregnado de virtudes morales y sociales. En Alemania, el romanticismo tiene un fuerte componente nacionalista y medievalizante. Los románticos alemanes hallan en la catedral gótica la mejor expresión del “espíritu del pueblo alemán”. En Francia destaca Viollet-le-Duc restaurador, arquitecto y escritor, va a ser uno de los ideólogos fundamentales del Neogótico. Creía que este sistema constructivo era el más racional que ha existido y propone recrearlo añadiéndole innovaciones como el uso del hierro. Restauró la catedral de Notre-Dame de Paris, la ciudad medieval Carcassonne, situada en el sur de Francia…


Junto al Neogótico se desarrollan otros muchos estilos que responden a diferentes tradiciones y razones: así, la expedición napoleónica a Egipto favoreció el estilo Neoegipcio, que incluía pilonos y muros en talud; el colonialismo permitió que se desarrollaran, sobre todo en Inglaterra, estilos exóticos como el Neo indio y el Neochino; el Neoárabe inspirado en la Alhambra de Granada, tuvo especial importancia en España, con variantes locales como el Neomudéjar madrileño (ej. Plaza de toros de las Ventas; las Escuelas Aguirre); y en Cataluña se desarrolló el Neorrománico (ej. la Universidad literaria de Barcelona, 1862). En Canarias, destaca el Neogótico de la Basílica de Arucas y en Praga (Chequia) abunda el Neorrenacimiento (ej. el Museo de Artes Decorativas de Praga).
La variedad de estilos arquitectónicos vigentes en el siglo XIX se une a las nuevas necesidades arquitectónicas de la sociedad industrial y burguesa: estaciones de ferrocarril, mataderos, escuelas, mercados, etc. Muchos arquitectos usan en su obra estilos diferentes según la función de los edificios, y, de acuerdo con el eclecticismo dominante, las mezclan con frecuencia. Así por ejemplo,  el gótico es utilizado sobre todo en arquitectura religiosa y política.
Dos buenos ejemplos de Parlamentos neogóticos: el de Londres (levantado entre los años 1840-60 por Charles Barry y Augustus Pugin) y el Parlamento de Budapest (Hungría). Entre las iglesias neogóticas destacamos la Iglesia del Buen Pastor (1888-1897) de San Sebastián (Guipúzcoa).




El estilo Neogótico es especialmente fructífero en Inglaterra y lo encontramos por doquier en edificios públicos, grandes residencias e iglesias. El arquitecto PUGIN fue uno de los mayores defensores de este estilo. Sus muebles, casi siempre destinados a las casas proyectadas por él mismo, tienen generalmente una estructura sencilla y un aspecto macizo (arcos apuntados, rosetones, pináculos, etc.). Ejemplos de estilo neogótico: Strawberry Hill y Fonthill Abbey.


3.EL ESTILO BIEDERMEIER. LA APORTACIÓN DE THONET

El estilo Biedermeier se desarrolla en la primera mitad del siglo XIX en los países centroeuropeos, fundamentalmente en Austria y en países de lengua alemana, pero también en Hungría, en países escandinavos y en Rusia e Italia. Es el estilo burgués por excelencia, siendo hoy en día muy apreciado.
Comenzó como una variante del estilo Imperio, para en los años siguientes tener características propias. Es un estilo sobrio, pero de carácter práctico y funcional, con líneas sinuosas en ocasiones, que parecen anticipar el Modernismo. Los motivos decorativos se reducen a la mínima expresión. Son muebles sólidos y de óptima factura. Especialmente variado en este estilo es el panorama de las sillas. Suelen tener el respaldo en forma de abanico y el asiento acolchado.



De gran importancia dentro de este estilo es la obra del alemán MICHAEL THONET (1796-1871): su producción de muebles de madera de haya curvada en sillas, sillones, paragüeros, divanes o camas, mecedoras, se hace en poco tiempo famosísima y se difunde por todo el mundo. En su ciudad natal, Boppard, se conserva un museo dedicado a sus diseños.
La huella del Biedermeier se manifiesta con claridad en su gusto por la línea curva y el experimentalismo formal que subyace en toda su actividad.
Sus muebles son cómodos, bellos, baratos y funcionales.




Thonet desarrolló una técnica completamente personal que patentó en 1841 para producir muebles de madera –de haya- curvada al vapor y generalmente con asiento de paja de Viena. La silla más famosa proyectada por Thonet, la número 14, está formada solamente por seis piezas unidas por unos pocos tornillos: y en unos años, hasta 1911 se produjeron 50 millones de ejemplares de este modelo. Está considerada como la madre de todas las sillas de diseño moderno. Es la silla más habitual de los cafés europeos.
La máxima producción de muebles Thonet fue en 1912, fecha en la que se vendieron dos millones de sus muebles.
Ejemplo de este estilo y de piezas de Thonet podemos encontrar en el palacio Liechtenstein de Viena.
Los muebles Thonet se distribuyeron por toda Europa e incluso por Estados Unidos.
Los descendientes directos de Thonet (quinta y sexta generación) siguen produciendo los diseños innovadores, elegantes y de gran calidad de su ilustre antepasado.
El Museo de Artes Decorativas de Viena alberga el conjunto más importante y extenso de sillas Thonet.





             


No hay comentarios:

Publicar un comentario

14. LA DECORACIÓN DE INTERIORES EN EL SIGLO XX (IV): DEL MOVIMIENTO MODERNO AL ESTILO INTERNACIONAL. FRANK LLOYD WRIGHT

Interior de la Casa de la Cascada, Frank Lloyd Wright, años 30. Escritor y posiblemente el mejor arquitecto del siglo XIX y también del...